
.-Este emblemático río, como otros peninsulares, entró en la simbología y en la literatura de la mano de los escritores contemporáneos. Antonio Machado reviene a él y lo mismo sucede en Gerardo Diego en el presente poema. Se inscribe dentro de la tradición de doble manera; primero porque se trata del Duero y en segundo lugar porque el tratamiento literario es un romance. No se trata solamente del escenario en el que discurren los acontecimientos que se narran, sino de un ente simbólico que se despeja ante los ojos del lector.
.-Puedes disfrutar del romance y de un análisis del mismo en el siguiente enlace:
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