martes, 29 de mayo de 2012

NATURALEZA Y ARTE: LOS TOROS DE GUISANDO

.-Finaliza el mes de mayo y con él todos los aspectos que a través de las diferentes entradas virtuales, se dedican al Espacio natural protagonista. En este caso, hemos viajado a la Reserva Natural del Valle de Iruelas (Ávila), y cercano a este lugar, encontramos un curioso conjunto artístico de lo que parecen ser unos verracos y que se conoce con el nombre de los Toros de Guisando.


.-Localizados en el término municipal de El Tiemblo, en Avila, los cuatro Toros de Guisando son una de las mejores manifestaciones artísticas de la España pre-romana. Estas figuras fueron realizadas entre los siglos IV y I antes de Cristo, en plena Edad del Hierro. Durante esta etapa, el pueblo de los vetones está asentado en las provincias actuales de Badajoz, Cáceres, Salamanca y Avila. Pueblo fundamentalmente ganadero, los vetones se establecían en lugares en los que abundaba el agua y el pasto para sus rebaños.

.-El ganado -vacas, toros, cerdos- y la caza -jabalíes-, les procuraba carne, leche, cuero y estiércol, productos de importancia vital. De ahí que erigiesen toscas representaciones, llamadas verracos, de cerdos, jabalíes y toros, como éstas de Guisando. Realizadas en bloques de granito, las cuatro figuras, de más de dos metros y medio de largo, miran alineadas hacia el atardecer y al cerro del que toman nombre, estando situadas en la margen izquierda del arroyo Tórtolas. Aunque poco elaboradas, algunas de ellas dan muestra de un incipiente realismo, pues poseen agujeros para insertar los cuernos y unos suaves surcos paralelos que indican los pliegues del cuello del animal. La gran duda que nos queda acerca de estos cuatro enigmáticos verracos es su función, pues pudieron tratarse de esculturas con fines religiosos o funerarios, o bien ser protectoras de los rebaños, dotadas de una finalidad mágica o bien como simples hitos en las cañadas o marcadores territoriales.

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