martes, 26 de abril de 2011

NATURALEZA Y ARTE: LA ERMITA DE SAN FRUTOS. PARQUE NATURAL DE LAS HOCES DEL RÍO DURATÓN. (SEGOVIA)

.-Aquí estamos otra vez después del "parón" de Semana Santa. "Parón" en lo que a entradas en este espacio virtual se refiere, porque lo que se dice parar, parar.....algunos no han parado. Incursiones al Parque Nacional de los Picos de Europa, Bélgica, la Montaña Palentina y otros espacios naturales, han dejado más que satisfechos a muchos de los sendristas del grupo, los cuales aportarán en forma de Propuestas Senderistas, las diferentes rutas que han realizado en estos días vacacionales.

.-Todos aquellos que visiten con frecuencia nuestro blog sabrán que cada mes dedicamos un hueco a un Espacio Natural de singular interés, siendo el Parque Natural de las Hoces del río Duratón, el protagonista de abril. Dentro de este espacio se encuentra una magnífica edificación religiosa: la Ermita de San Frutos. Una construcción con mucha historia y parte de leyenda entre sus muros, que no dejará indiferente al visitante tanto por su traza como por el lugar tan privilegiado sobre el que se asienta.

.-Las cuevas y roquedos del río Duratón tienen una larga tradición de asentamientos eremíticos, que nacen en época visigoda, extendiéndose al siglo VIII, en vida de San Frutos y sus hermanos. Dicha tradición debió persistir en esta comarca durante siglos y ya en el siglo XI estaba fundado un pequeño cenobio que Alfonso VI dona al Monasterio de Silos en el año 1076. Poco después, por orden del abad de Silos, se construye la iglesia en el año 1100, como reza una inscripción de la nave.

.-Para acceder a la Ermita de San Frutos, hay que llegar a Villaseca, y desviarse por una pista en buen estado que está señalizada. Declarada Monumento Histórico Artístico, la iglesia o "ermita" de San Frutos de Duratón que hoy contemplamos es el resultado de esa campaña constructiva primitiva, a la que se añadieron posteriormente dos ábsides laterales, se sustituyó el central, se abrió una puerta a los pies, y se alzó una galería de la que sólo quedan restos; todo ello a finales del XII.

Detalle constructivo en la Ermita de San Frutos.

.-La planta y su articulación original es similar a la del Salvador de Sepúlveda, y, como ésta, su fábrica es completamente de sillería. Igualmente, tres arcos fajones sobre pilastras prismáticas refuerzan la bóveda de cañón. De nuevo arcos abocelados de medio punto en cada tramo apoyan sobre par de columnas. La principal diferencia entre ambas estriba en la escasa altura de la nave y demás elementos. La nueva cabecera, mucho más grande y desproporcionada, no respetó las medidas de la original, como se aprecia en las impostas ajedrezadas que no coinciden con la de dicha cabecera. Posee dos arcos triunfales, el primero de los cuales tiene función de sustentación, como otros arcos fajones, mientras que el segundo cumple con las funciones propias de un arco triunfal. Los canecillos exteriores de la cabecera son geométricos y nada tiene que ver con los de la nave, muy anteriores, lo que confirma la sustitución de la original en fecha tardía.

.-Los ingresos proceden de los distintos momentos de la edificación. El pequeño ingreso de arco peraltado del muro del mediodía, hoy cegado, pertenece a la construcción primitiva, con decoración de sogueado y billetes. La puerta meridional, sin embargo, pertenece a la remodelación de finales del XII. Se abrió sobre el cuerpo resaltado de la original, y tiene cuatro arquivoltas lisas sobre jambas, todo ello formando un conjunto de absoluta austeridad. Por encima se abre un ventanal de la primera etapa, de idéntica factura al del hastial oeste de El Salvador de Sepúlveda y de similar talla.

.-La escultura de canecillos y capiteles del exterior de la nave muestran una relación iconográfica y estilística prácticamente total con el templo sepulvedano, mientras que en el interior la aparición de capiteles con figuración humana y animalística, además de capiteles vegetales de talla mucho más delicada, muestran que algunos artífices no fueron los mismos que trabajaron en ambas iglesias. En cualquier caso, no se puede dudar de la raíz común de San Frutos de Duratón y El Salvador de Sepúlveda, en los que cada piedra nos habla de la dureza de una misma época.

Vista general de la Ermita de San Frutos.

.-En conclusión, la sobriedad de este templo no ofrece demasiadas concesiones estéticas al visitante. Pero su valor es incuestionable al tratarse de una de las construcciones románicas más antiguas del sur de Castilla, levantada en una época de epopeyas y en un paraje incomparable. La espiritualidad que emana de la belleza salvaje del lugar permite comprender su elección para fundar un monasterio. Pocos sitios como San Frutos, en el marco incomparable de las Hoces del Duratón, causan mayores vibraciones transcendentes.


.-En definitiva, un lugar que no hay que dejar de visitar si alguna vez nos acercamos al Parque Natural de las Hoces del río Duratón (Segovia)

.-Fuente: http://www.arteguias.com

2 comentarios:

Mercedes y Sara dijo...

¿Cuando vamos????

CARLOS JAVIER FERNÁNDEZ HERRERO dijo...

.-Este sitio es de los que uno no puede dejar escapar. El entorno en el que se encuentra la ermita es espectacular en lo que a biodiversidad se refiere. He podido visitar este lugar en dos ocasiones y es impresionante ver como los buitres y alimoches dominan y surcan el cielo, haciéndose dueños y señores de este magnífico entorno labrado por el río Duratón. Si a todo esto se le añaden sendas como la de Los dos Ríos, la Vega , la Molinilla......y pueblos como Sepúlveda, Turégano o Pedraza, los recuerdos en el visitante permanecerán perennes durante toda la vida. ¡Espectacular!